viernes, 8 de abril de 2011

El buscavidas (1961)

Extracto de la película El buscavidas (1961)
El buscavidas es una película de 1961, rodada en blanco y negro, una historia gris donde ni predomina el blanco ni el negro, como en la vida misma, llena de tonos borrosos que se alternan con otros aún más secos, y, muy de tarde en tarde, son salpicados de alguna alegría. El protagonista es un hábil jugador de billar americano, en principio, un ganador disfrazado de perdedor, pero esto es solamente una circunstancia, pues la vida le irá convirtiendo en un luchador, como usted y como yo. En esta cinta se bebe mucho alcohol, mucho whisky. Un whisky que, quizá por engaño, hace más soportable la existencia; decía en una entrevista Fernando Fernán Gómez, contando entonces con 85 años, que lo único que indefectiblemente le había causado felicidad en la vida era un vaso de whisky; ¿tal es la tristeza de una vida?
Robert Rossen, el director y coguionista de este The hustler (1961), que aquí tratamos, dirigió películas con alma como Lilith (1964), con una bella y enloquecida Jean Seberg, Llegaron a cordura (1959), retrato del hombre y lo que llamamos cobardía, El político (1948), la corrupción de mano de la política…
Esta película unió a crítica y público en alabanzas, unos llevados por una buena historia, otros por los ojos y la sonrisa de Paul Newman, tal vez por tratar un tema universal: el ganar y el perder…, motivos hay bastantes, pues.
Piper Laurie, la actriz protagonista, lleva un papel crucial en la historia, es tal vez más interesante este tramo de su existencia en la vida de Eddie Felson, que el billar o las ocasiones de ganar que tenga Eddie, relámpago, el jugador audaz. Piper es una actriz versátil y de muchos registros: madre de Carrie en la película del mismo título de 1976, que antes tuviera que retirarse del cine por unos años puesto que no le ofrecían papeles interesantes. La recuerdo por su belleza en Su alteza el ladrón (1952), junto al aventurero Tony Curtis y en La espada de Damasco (1953), pareja del idolatrado por las mujeres de los cincuenta y sesenta, Rock Hudson.
Paul Newman decía de él mismo que no era un buen actor, que tan sólo había aprendido algunos trucos. Pues lo hizo con mucha propiedad, sus ojos lloran y ríen sin que nos digamos: ¡Vaya, los tics de Newman! Sino más bien: Eddie es un buscavidas pero tiene sentimientos.

Cartel publicitario de The hustler (El buscavidas, 1961)

Dejo este extracto del largometraje, recomendándolo y anunciando que se tenga en cuenta el relato en sí, lo real de sus personajes, tan vivos, que pareciera que tengan algo nuestro, algo que todos hemos sentido o padeceremos con el tiempo.

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