Ciertamente, cualquiera que reciba un estipendio por hacer
artículos estará en la obligación de escribir tales artículos y no tendrá
razones para evitarlo. La segunda razón para no escribir, pues, es que el
trabajo no está remunerado en esa ocasión.
Que el material que estamos rumiando, necesario para confeccionar
el trabajo, no nos entusiasme, es decir, cuando tratamos una materia que no nos
llena. Añadimos ésta a la razón de que ya está todo trillado y no escribiremos
absolutamente nada.
¿Por qué lo hacemos a pesar no recibir una compensación
monetaria? Varias son las justificaciones a esta entrega a los demás: el deseo
de compartir conocimientos, la satisfacción que se siente cumpliendo un propósito
de entender algo, el tema que tratamos nos apasiona, etc.
Hay un tipo de comentarista en Internet, un individuo
anónimo, que a menudo entra en un sitio, sólo de pasada (no se queda para
esperar respuesta), que, sin saludar siquiera o señalar que posee un mínimo
de educación, espeta un escrito del tipo: “te equivocas, te quedas corto en
esto o lo otro, te falta aquello…” Luego desaparece y no sabes más de él o
ella. Lo que me desconcierta de esto es la falta de agradecimiento, la
desconsideración total que muestra ante quien
da sin esperar nada. Usted puede encontrar un error, a su entender, en un artículo,
pero hágalo ver de forma educada, entienda que esto cuesta un esfuerzo, que no
es de justicia sacudir un bofetón y encima no agradecer lo que se le ha
ofrecido. Esta es otra cuestión que pone freno a la realización de algunos artículos.
Gracias por la atención. Ahora, tratadas las penas, sigamos aprendiendo de cine y literatura.
(Un día, meses después, escribí una reseña de Satiricón, de Petronio).
___________________________________________________________
Zona de anuncios
Libros para niños, adolescentes y adultos
El punto de todo esto es opinar, si alguien estaba buscando artículos de enciclopedia, podemos asegurar que está perdido y ya; me temo que no es misión de nadie ponerles en el camino adecuado.
ResponderEliminarEn otra nota, hay temas más complejos que otros, sobre los que hay que investigar más para opinar -como sobre El Satiricón- pero igual para eso están estos espacios, quizás haya alguien "ahí" que te conteste y entonces te darás cuenta que has dado un paso adelante.
Yo valoro el esfuerzo de escribir un blog porque yo misma no tengo la valentía que se requiere, pero tú que ya estás en estos caminos, adelante : )
Hola Andrea Rojas. Últimamente me entra miedo al recibir un comentario, la cuestión es que son ataques más que impresiones positivas.
ResponderEliminarAl leer El Satiricón, me lleve una sorpresa, aún quedando sólo partes de la obra, es acongojante leerla y pensar que es la primera de la historia que tiene forma de novela. Su historia también es tan distinta a lo que conocemos: otra civilización que estaba entregada al placer: comida y sexo.
Gracias por participar y por dar ánimos.
Jaja, no me había fijado que salía mi apellido, ¡qué formal suena! Me gustaría opinar más del tema, pero la verdad no he leído El Satiricón, y con tales críticas, creo que pasaré de la película (?).
ResponderEliminarEs una película extraña, aunque parte de la crítica la trata como una obra maestra. Si ves su anuncio, comprobarás si te quedan ganas de visionarla entera:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=R75FsZxIB1A
Los cinéfilos llaman a este cine raro, con rasgos extravagantes: cine bizarro, porque bizarre en francés significa raro. Esto siempre me resultó curioso, porque en castellano bizarro significa espléndido.
¿Ya viste la última de Woody Allen, A Roma con amor? Me hizo reír, sobre todo con el capítulo del hombre que se vuelve famoso de la noche a la mañana, sin saber por qué...
Saludos.
Disculpa por el retraso, esto a mi no me avisa de las respuestas, jeje. Por cierto,¿tu blog tiene algún tipo de restricción para copiar el texto? He tenido que teclear esa dirección de youtube...Igual pues me gusta el cine raro siempre y cuando la rareza tenga un objetivo (estético, conceptual..) Y me aterra ver la película y luego terminar con una idea muy distorsionada de la historia, necesitaría un acompañante más culto, jeje.
ResponderEliminarIgual no, no he visto la de Allen, me preocupa que luego sea solo una exaltación de las locaciones, como -me pareció a mi- Medianoche en París, pero seguro pronto la curiosidad me gana ;)
Hola Andrea. Disculpa por lo de la restricción para copiar el texto, tuve que ponerla hace unos meses porque descubrí que un personaje me copiaba por completo los textos y luego escribía en su blog: "bien, hoy hablaremos de escena y secuencia..." y colocaba todo mi artículo con su firma, sin mencionar este blog siquiera (que es anónimo, pero que tiene corazón).
ResponderEliminarEntiendo tu postura ante el cine, lo explicas muy bien. Me recuerda a la idea de la Iglesia de seleccionar, censurar e interpretar textos bíblicos, asusta un poco, aunque me voy por otro camino.
Con Allen también coincido contigo, sólo puedo decirte que esta última me hizo reír con el personaje de Benigni, famoso de la noche a la mañana (la gran mentira que es la fama).
Saludos y gracias por participar.