viernes, 19 de octubre de 2012

Razones para no escribir un artículo en el blog


Cuando uno se decide a exponer una reseña de alguna obra de teatro, cine o literatura, puede, tal vez concientemente, desarrollar un porqué de esto que ha decidido hacer. Por ejemplo, tenía en mente hablar de El Satiricón, siglo I d.C., atribuida a Petronio. Bien, advierto primero, leyendo artículos sobre esta, tal vez, primera novela de nuestra historia, conservada solo en parte (recordemos que existen historias mucho más antiguas, pero que pertenecen al género de la epopeya, como la Ilíada o Gilgamesh), que concurren en esta gran enciclopedia numerosos comentarios críticos, pequeños ensayos, que ya aportan un estupendo estudio de la obra. Mi intención era relacionarla con la película de Fellini, Satiricón (1969), que da una visión esperpéntica de la curiosa historia de sexo, homosexualidad y hedonismo del original. Lo grotesco de los rostros, su exagerada caracterización, las luces artificiales que se reflejan en las calles…, ya han sido comentadas con solvencia en la gran Red. Que uno no pueda aportar algo nuevo, un sentimiento propio al tema que quiere tratar, es una de las razones para no escribir un pequeño examen de una obra.

Ciertamente, cualquiera que reciba un estipendio por hacer artículos estará en la obligación de escribir tales artículos y no tendrá razones para evitarlo. La segunda razón para no escribir, pues, es que el trabajo no está remunerado en esa ocasión.

Que el material que estamos rumiando, necesario para confeccionar el trabajo, no nos entusiasme, es decir, cuando tratamos una materia que no nos llena. Añadimos ésta a la razón de que ya está todo trillado y no escribiremos absolutamente nada.

¿Por qué lo hacemos a pesar no recibir una compensación monetaria? Varias son las justificaciones a esta entrega a los demás: el deseo de compartir conocimientos, la satisfacción que se siente cumpliendo un propósito de entender algo, el tema que tratamos nos apasiona, etc.

Hay un tipo de comentarista en Internet, un individuo anónimo, que a menudo entra en un sitio, sólo de pasada (no se queda para esperar respuesta), que, sin saludar siquiera o señalar que posee un mínimo de educación, espeta un escrito del tipo: “te equivocas, te quedas corto en esto o lo otro, te falta aquello…” Luego desaparece y no sabes más de él o ella. Lo que me desconcierta de esto es la falta de agradecimiento, la desconsideración  total que muestra ante quien da sin esperar nada. Usted puede encontrar un error, a su entender, en un artículo, pero hágalo ver de forma educada, entienda que esto cuesta un esfuerzo, que no es de justicia sacudir un bofetón y encima no agradecer lo que se le ha ofrecido. Esta es otra cuestión que pone freno a la realización de algunos artículos.

Gracias por la atención. Ahora, tratadas las penas, sigamos aprendiendo de cine y literatura.

(Un día, meses después, escribí una reseña de Satiricón, de Petronio).

___________________________________________________________

Zona de anuncios

Libros para niños, adolescentes y adultos



6 comentarios:

  1. El punto de todo esto es opinar, si alguien estaba buscando artículos de enciclopedia, podemos asegurar que está perdido y ya; me temo que no es misión de nadie ponerles en el camino adecuado.

    En otra nota, hay temas más complejos que otros, sobre los que hay que investigar más para opinar -como sobre El Satiricón- pero igual para eso están estos espacios, quizás haya alguien "ahí" que te conteste y entonces te darás cuenta que has dado un paso adelante.

    Yo valoro el esfuerzo de escribir un blog porque yo misma no tengo la valentía que se requiere, pero tú que ya estás en estos caminos, adelante : )

    ResponderEliminar
  2. Hola Andrea Rojas. Últimamente me entra miedo al recibir un comentario, la cuestión es que son ataques más que impresiones positivas.
    Al leer El Satiricón, me lleve una sorpresa, aún quedando sólo partes de la obra, es acongojante leerla y pensar que es la primera de la historia que tiene forma de novela. Su historia también es tan distinta a lo que conocemos: otra civilización que estaba entregada al placer: comida y sexo.
    Gracias por participar y por dar ánimos.

    ResponderEliminar
  3. Jaja, no me había fijado que salía mi apellido, ¡qué formal suena! Me gustaría opinar más del tema, pero la verdad no he leído El Satiricón, y con tales críticas, creo que pasaré de la película (?).

    ResponderEliminar
  4. Es una película extraña, aunque parte de la crítica la trata como una obra maestra. Si ves su anuncio, comprobarás si te quedan ganas de visionarla entera:
    http://www.youtube.com/watch?v=R75FsZxIB1A
    Los cinéfilos llaman a este cine raro, con rasgos extravagantes: cine bizarro, porque bizarre en francés significa raro. Esto siempre me resultó curioso, porque en castellano bizarro significa espléndido.
    ¿Ya viste la última de Woody Allen, A Roma con amor? Me hizo reír, sobre todo con el capítulo del hombre que se vuelve famoso de la noche a la mañana, sin saber por qué...
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Disculpa por el retraso, esto a mi no me avisa de las respuestas, jeje. Por cierto,¿tu blog tiene algún tipo de restricción para copiar el texto? He tenido que teclear esa dirección de youtube...Igual pues me gusta el cine raro siempre y cuando la rareza tenga un objetivo (estético, conceptual..) Y me aterra ver la película y luego terminar con una idea muy distorsionada de la historia, necesitaría un acompañante más culto, jeje.

    Igual no, no he visto la de Allen, me preocupa que luego sea solo una exaltación de las locaciones, como -me pareció a mi- Medianoche en París, pero seguro pronto la curiosidad me gana ;)

    ResponderEliminar
  6. Hola Andrea. Disculpa por lo de la restricción para copiar el texto, tuve que ponerla hace unos meses porque descubrí que un personaje me copiaba por completo los textos y luego escribía en su blog: "bien, hoy hablaremos de escena y secuencia..." y colocaba todo mi artículo con su firma, sin mencionar este blog siquiera (que es anónimo, pero que tiene corazón).
    Entiendo tu postura ante el cine, lo explicas muy bien. Me recuerda a la idea de la Iglesia de seleccionar, censurar e interpretar textos bíblicos, asusta un poco, aunque me voy por otro camino.
    Con Allen también coincido contigo, sólo puedo decirte que esta última me hizo reír con el personaje de Benigni, famoso de la noche a la mañana (la gran mentira que es la fama).
    Saludos y gracias por participar.

    ResponderEliminar

Hola. Recuerda que todos podemos tener una opinión distinta. No recurras al insulto en tus comentarios o serán eliminados sin tenerlos en cuenta. Procura explicar tu punto de vista sin caer en la descalificación de los que no piensan como tú. Tenemos un cerebro para discurrir y trabajar con las ideas, somos algo más que puños y dientes. Gracias.