Los tallos amargos (1956) es uno de los mejores largometrajes del cine argentino. Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que es una de las grandes cintas del cine negro a nivel internacional, y que poco o nada tiene que envidiar a las grandes películas de cine negro rodadas en Hollywood. Film noir, señores, film noir.
Fue dirigido por el realizador argentino Fernando Ayala, con la colaboración del director de fotografía chileno Ricardo Younis. Para que se hagan una idea, la fotografía de este filme está considerada como una de las 50 mejores de la historia del cine. Apuntemos que Ricardo Younis había sido alumno del director de fotografía de Ciudadano Kane (1941), Gregg Toland.
Otros largometrajes recomendables del director Fernando Ayala son El candidato (1959), un drama sobre política y honradez, y El jefe (1958), un drama policiaco sobre una banda de delincuentes juveniles, que se convierte en un retrato de la sociedad de ese momento en Argentina.
Fue dirigido por el realizador argentino Fernando Ayala, con la colaboración del director de fotografía chileno Ricardo Younis. Para que se hagan una idea, la fotografía de este filme está considerada como una de las 50 mejores de la historia del cine. Apuntemos que Ricardo Younis había sido alumno del director de fotografía de Ciudadano Kane (1941), Gregg Toland.
Otros largometrajes recomendables del director Fernando Ayala son El candidato (1959), un drama sobre política y honradez, y El jefe (1958), un drama policiaco sobre una banda de delincuentes juveniles, que se convierte en un retrato de la sociedad de ese momento en Argentina.
Los tallos amargos (1956) es una película que se creía perdida hasta que el cinéfilo argentino Fernando Martín Peña encontró en 2014 una copia del negativo en 35 mm en el sótano de la casa de uno de los productores, pero no tenía banda sonora, y hubo que añadírsela digitalmente usando una copia suya del filme en 16 mm de su colección privada. Recordemos que Fernando Martín Peña también participó en el descubrimiento de una copia perdida de la película Metropolis (1927) con metraje que había desaparecido. Varias asociaciones estadounidenses trabajaron para la reconstrucción de Los tallos amargos (1956), incluida Film Noir Foundation fundada y presidida por el prestigioso crítico de cine Eddie Muller.
El guión de esta película está basado en la premiada novela del mismo título escrita en por el periodista Adolfo Jasca.
La trama es la siguiente: Alfredo Gasper (interpretado por Carlos Cores) es un ambicioso e inteligente periodista de Buenos Aires que está pasando por problemas económicos y existenciales. Un día conoce a un refugiado húngaro llamado Liudas (interpretado por Vassili Lambrinos) que ha perdido los papeles, no tiene documentación, y trabaja como barman; este enigmático personaje le ofrece a Gasper un negocio que los hará ricos: abrir un colegio de periodistas por correspondencia, lo cual constituye una especie de estafa, porque ese curso que realicen los alumnos no les servirá para absolutamente nada. El verdadero problema comienza cuando Gasper empieza a sospechar que su socio le ha engañado al decirle que todo el dinero que gana con esa estafa es para traer a su familia de Europa a Argentina, y librarles de los desastres de la guerra. Gasper cae entonces en una espiral de paranoia y sospechas que le llevarán hasta la perdición.
Destaca también la música de esta cinta, compuesta por Astor Piazzolla, que combina perfectamente con la fotografía propia del cine negro clásico, mezclando elementos del jazz, música clásica y tango, lo cual resultaba innovador, al mismo tiempo que evoca sentimientos y emociones distintas en el espectador.
En esta historia hay varios temas fundamentales: la ambición, la fe para conseguir un propósito, el posible engaño, la traición, la misma realidad a menudo parece algo sospechosa, el crimen, ¿creerían ustedes en Liudas y su historia sobre su familia y su hijo mayor Jarvis? ¿Creerían a un estafador?
El guión de esta película está basado en la premiada novela del mismo título escrita en por el periodista Adolfo Jasca.
La trama es la siguiente: Alfredo Gasper (interpretado por Carlos Cores) es un ambicioso e inteligente periodista de Buenos Aires que está pasando por problemas económicos y existenciales. Un día conoce a un refugiado húngaro llamado Liudas (interpretado por Vassili Lambrinos) que ha perdido los papeles, no tiene documentación, y trabaja como barman; este enigmático personaje le ofrece a Gasper un negocio que los hará ricos: abrir un colegio de periodistas por correspondencia, lo cual constituye una especie de estafa, porque ese curso que realicen los alumnos no les servirá para absolutamente nada. El verdadero problema comienza cuando Gasper empieza a sospechar que su socio le ha engañado al decirle que todo el dinero que gana con esa estafa es para traer a su familia de Europa a Argentina, y librarles de los desastres de la guerra. Gasper cae entonces en una espiral de paranoia y sospechas que le llevarán hasta la perdición.
Destaca también la música de esta cinta, compuesta por Astor Piazzolla, que combina perfectamente con la fotografía propia del cine negro clásico, mezclando elementos del jazz, música clásica y tango, lo cual resultaba innovador, al mismo tiempo que evoca sentimientos y emociones distintas en el espectador.
En esta historia hay varios temas fundamentales: la ambición, la fe para conseguir un propósito, el posible engaño, la traición, la misma realidad a menudo parece algo sospechosa, el crimen, ¿creerían ustedes en Liudas y su historia sobre su familia y su hijo mayor Jarvis? ¿Creerían a un estafador?
¿Qué queda de esta película en mí después de verla? Una trama curiosa y un final impactante. Una fotografía de cine negro que nos presenta esta especie de pesadilla rodada, por ejemplo, cuando el protagonista está en un tren, mira a la oscuridad del exterior, a través de la ventanilla, y en esa negrura aparecen imágenes de su pasado. Y la secuencia de su sueño, en el que vemos a su padre (ya fallecido), un héroe de guerra en Europa, y él siendo niño. Hay momentos de su discurso que me recuerdan a la novela Rojo y Negro (de Stendhal), por su ambición, y el triste crimen que termina cometiendo.
Reseña crítica en vídeo del largometraje Los tallos amargos (1956).
(Este vídeo se podrá ver a partir del viernes 25 de febrero de 2022).
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