miércoles, 15 de agosto de 2012

Trozo de literatura, música, pintura y cine. Por Bolaño

...¡Cuántos gatos! ¿Son todos suyos? Más o menos, dice Remedios Varo. La miro: El gatito negro está entre sus brazos y Remedios Varo le dice: Bonic, on eres?, bonic feia hores que et buscava.
¿Quieres escuchar un poco de música?
¿Me lo dice a mí o se lo dice al gatito? Supongo que a mí, porque al gatito le habla en catalán, aunque a simple vista cualquiera se puede dar cuenta de que se trata de un gato mexicano, un gato mexicano callejero con una estirpe de por lo menos trescientos años, aunque ahora que la luna se traslada, con pasitos de gata, de una baldosa a otra del lavabo de mujeres, me pregunto si en México, antes de que llegaran los españoles, había gatos, y me respondo a mí misma, desapasionadamente, objetivamente, incluso con un deje de indiferencia, que no, no había gatos, los gatos llegaron con la segunda o la tercera oleada. Y entonces, con voz de sonámbula porque estoy pensando en los gatos sonámbulos de México, le digo que sí y Remedios Varo se acerca al tocadiscos, un tocadiscos viejo, cosa que no tiene nada de raro pues estamos en el increíble año de 1962 y todas las cosas son viejas, ¡todas las cosas se llevan una mano a la boca como yo para ahogar un grito de asombro o una confidencia inoportuna!, y pone un disco, y me dice: es el concertino en la menor de Salvador Bacarisse, y yo escucho por primera vez a ese músico español y me pongo a llorar, otra vez, mientras la luna salta de una baldosa a otra, en cámara lenta, como si esta película la dirigiera yo y no la naturaleza."

Este extracto de arriba pertenece a la novela Amuleto, escrita por Roberto Bolaño. Me llamó la atención por hablar de un momento especial en la vida de Auxilio Lacouture, la protagonista de esta historia, que le hace querer a ella ser la directora de esa realidad que está sintiendo, desea poder ralentizar el momento. La evocación de esta idea es sumamente atractiva. Para Auxilio resulta una experiencia fantástica porque se encuentra delante de su admirada pintora Remedios Varo, aquella que cultivara el surrealismo en sus cuadros.

El cuadro es Locomoción capilar, pintado por Remedios Varo

La composición musical de la que habla Bolaño es la Romanza del Concertino en la menor, opus 72, de Salvador Bacarisse, de toque neorromántico. Podemos escuchar una versión para guitarra y arpa interpretada por Sylvia Gutiérrez Ortega, en la guitarra, y Cristina Sánchez Cuétara, en el arpa:



Sin querer banalizar con la cultura, he podido saborear en un trocito de Bolaño tres artes grandes: la literatura, la pintura y la música; pero el cine ha sido también traído a recuerdo (Auxilio quiere moderar el tiempo, como si dirigiera ella la vida). Me pregunto: ¿Irá por este camino la literatura escrita para "tabletas", aquella que nace en un libro electrónico? No lo sé. Mi idolatrado Mario Vargas Llosa se teme, y espera equivocarse, dice, que este nuevo medio cambiará por completo la literatura. Ahora creo que pudiera usarse como una opción, como las anotaciones, quien quiera puede leerlas o no.


Gracias a Eugenio Sánchez Bravo por regalarme la novela Amuleto, de Roberto Bolaño.

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6 comentarios:

  1. Cuando leí Amuleto pasé por alto a Remedios Varo. Gracias por divulgar ese surrealismo suyo tan peculiar.

    Un abrazo.

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  2. Hola profesor. Me despisté y no puse el agradecimiento porque fue usted quien me regaló el libro Amuleto.
    Ayer leí una interpretación que me pareció buena del cuadro de Remedios Varo que elegí para el artículo:
    "Si contemplamos este cuadro de Remedios Varó titulado “Locomoción capilar” nos daremos cuenta de la dificultad de levitar apoyándose solo en las barbas, las mujeres además tienen un problema añadido, al carecer de barba deben quedar suspendidas en las barbas ajenas. Remedios Varó nos da una visión surrealista de este difícil equilibrio donde la perdedora es la mujer."
    La descubrí en:
    http://galactic-fetus.tumblr.com/post/398997783/remedios-varo-mi-nueva-surrealista-favorita
    Además, he estado viendo otros cuadros de ella y son espectaculares.
    Gracias por el comentario.

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  3. Hola Ente.

    De una estacada has reavivado y disparado las conexiones sinápticas en mi cerebro, que dicho sea de paso estaban un poco adormecidas. Es una forma un tanto rara de decirte que me ha encantado esta entrada, lo sé, pero estoy seguro de que cumple su objetivo.

    A ver si poco a poco voy saliendo de este letargo.

    Gracias por ayudarme a ello. Un par de inyecciones más de esa droga llamada cultura -que tanto cuesta conseguir por las calles you know- y estaré listo para salir al mundo de nuevo.

    Saludos.

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  4. Hola Kevin. Hay épocas, desde que tengo 13 años, en que la idea de morir se me presenta como un descanso, un alivio a este mundo extraño. El ciclo se repite, espero, como tú, a salir del pozo, y empiezo a poder disfrutar de la literatura y las otras artes, que me muestran realidades distintas. Ahora pienso que dejar un artículo a "medias" es bueno, porque despierta en los demás, incluso en el autor, deseos de continuar indagando, mirar más cuadros de Remedios Varo, leer algo de Bolaño, pensar en cómo será la nueva literatura que llega.
    Deseo que las musas te visiten a menudo para dar protección al ingenio tuyo.
    Gracias por todo.

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  5. Hola Ente, personalmente no creo que pueda ser concebido como un descanso, porque al fin y al cabo 'descansar' conlleva una sensación, y si asumimos que la muerte es dejar de existir -en cualquier sentido imaginable; no sé si eres o no un hombre religioso- no supondría un alivio, no serías consciente de ello simplemente, aunque por otro lado sé que esto no es un secreto para ti. Cuando pienso en la muerte digo, "imagina lo que sentías en el año 1400, pues eso es lo que se debe sentir cuando estés muerto". No sé si me explico bien. ¿Cómo podría la luz tonarse en oscuridad y aún así, seguir siendo luz?

    Saludos Ente.

    Gracias a ti también.

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  6. Estoy de acuerdo. No existir es no sentir absolutamente nada, antes y después de vivir.
    No soy religioso, sin embargo: tengo demasiada fantasía, a veces temo al más allá, como si fuera un castigo, esto es estúpido por mi parte, pero no puedo evitarlo. Vivo del recuerdo y me hace daño, luego no quiero vivir. Con suerte supero las depresiones y continúo recordando. Bueno, hoy estoy bien.
    Todo sigue ahí.
    Lo bueno de la tristeza es que te hace un poco poeta, me río.

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Hola. Recuerda que todos podemos tener una opinión distinta. No recurras al insulto en tus comentarios o serán eliminados sin tenerlos en cuenta. Procura explicar tu punto de vista sin caer en la descalificación de los que no piensan como tú. Tenemos un cerebro para discurrir y trabajar con las ideas, somos algo más que puños y dientes. Gracias.