domingo, 30 de junio de 2013

Con oro nada hay que falle. Don Juan Tenorio, de José Zorrilla.

Daremos hoy estudio a unos pocos sentimientos de entre los muchos que transmite la obra de teatro romántico Don Juan Tenorio, escrita por José Zorrilla y estrenada en 1844. El drama y las gracias ocurren en Sevilla por el año de 1545, tiempo de galantes caballeros, de duelos prohibidos, de aventuras y bellaquerías. Nos ayudamos aquí del teatro para Estudio 1 de RTVEDon Juan Tenorio (1966). Llevó la dirección de esta obra el magnífico Gustavo Pérez Puig, que adaptó también otras grandes como: Doce hombres sin piedad (en forma de teatro filmado, 1973), Ninette y un señor de Murcia (la serie para la televisión, 1984), Las mocedades del Cid (la representación teatral, 1997).

Fotogramas del teatro filmado Don Juan Tenorio (1966), producido por RTVE
Arriba encontramos a los actores Paco Rabal y Juanjo Menéndez, a cual más grande intérprete de teatro. Rabal hace de Don Juan, y Menéndez, de Ciutti, que es criado del primero. El uno, gran conquistador y tramposo, el otro, pillete que cuentan existió en la realidad. La alegría de sus caras es porque relata el amo sus ligues y duelos del año pasado, que enfrenta en lectura a los de su competidor, Don Luis Mejía, interpretado por Fernando Guillén, el que escucha sin conocer aún la cifra con la que será vencido: 32 muertos frente a los 23 suyos, 72 conquistas frente a 56... Apuntados incluso los testigos están en papeles que leen.

Si nos fijamos atentamente, una bolsa en la siniestra de la imagen guarda dentro algo que los ojos adivinan rápido su brillo, oro. Dice, a las puertas de la casa de una dama, Don Juan a Lucía, criada de Doña Ana Pantoja, que casará mañana con el competidor de Don Juan: Hoy no es mañana, Lucia; yo he de estar hoy con doña Ana, y si se casa mañana, mañana será otro día. Después de varias, le pregunta Lucía desde dentro: ¿Y quién abre este castillo? Contesta Don Juan: Este bolsillo. Saca la bolsa y el oro arregla la trampa. Con oro no hay que falle, ríe más tarde Don Juan con Ciutti.

Recapitulemos, con oro se ayuda con unas, pero ¿y con Doña Inés?, que ama a Dios. Veamos:

Dos son sus armas, una vieja alcahueta que mete pronto el amor en el vacío corazón de la novicia y el sentimiento que aquel promete. La de negro, mirad su rostro, es Brígida, experimentada correveidile, maestra en concertar encuentros. La actriz es Tota Alba. Delante, lee la carta amorosa Doña Inés, Conchita Velasco. Qué fácil es dar amor de hombre a quien nunca supo de él. De la prohibición viene fácil el pecado, digo yo.

Don Juan se postra de rodillas ante Don Gonzalo, padre de Inés, pero de nada valen sus ruegos, a sus pies, pues el padre de la religiosa entiende que el Tenorio es un cobarde. Se une a esto Don Luis Mejía, haciendo más escarnio de la solicitud de Don Juan. Tanto se mofan de él, que olvida amor, padre y deseos de salvación y mata de un disparo a Don Gonzalo y de un espadazo al otro. Poner en duda su valor es el mayor daño que se le pueda hacer, para Don Juan nada hay peor.

Una lectura distinta hago ahora del fin de Don Juan. Ha dado muerte al padre de doña Inés, a ella también perdió. Muerto por el capitán Centellas, Don Juan hace su último engaño, del mismo Dios saca provecho, ¿no dice Él que su misericordia es infinita? Don Juan es perdonado al querer más que nada a Doña Inés, su alma se libra del castigo eterno y esto es gracias al amor. La aparición de la difunta le tiende su mano. Este momento es de un dramatismo tremendo, los sentimientos están a flor de piel. Mi interpretación es que todo esto de las sombras que aparecen ante Don Juan son ilusiones suyas, que tiene en sus últimos estertores. La cena que tuvo con el Capitán Centellas y con Avellaneda, el sueño en que ellos caen en la aparición de la sombra primera, creo, pudieran haber ocurrido como Centellas dice: habéis compuesto el vino... con un narcótico nos habéis hecho dormir.

El personaje de Don Juan lleva muchos siglos en la literatura, Tirso de Molina (El Burlador de Sevilla y convidado de piedra, de la que se conserva una primera publicación de 1630), Moliere (Don Juan, publicada en 1665) y el mismo Zorrilla (Don Juan Tenorio, publicada en 1844), son los autores que mejores obras crearon con su figura.

Si queréis tener dos horas de buen teatro y conocer mejor todo este embrollo del que os he hablado, podéis acudir a este teatro rodado en 1966, Don Juan Tenorio. Aprenderéis cómo es el que engaña, qué siente su padre, cuánto gana el que media en los encuentros, por qué caen las murallas de la castidad, cuán grande es el nombre de pendenciero y valeroso que es superior a su honra, en qué formas se nos aparece la conciencia, cuáles son nuestras creaciones en tiempo de morir:

Obra de teatro completa Don Juan Tenorio (1966)

Hasta donde sé, la obra es recitada de igual forma que por José Zorrilla fue versificada. Las palabras se dicen con el mismo orden e idéntica forma. Esto es admirable, están iguales el hombre y su sombra.

Lectura en vídeo (grabada luego en 2021) de esta reseña mía sobre Don Juan Tenorio (1966)

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Sobre el autor de este cuaderno:

En mis ratos libres soy escritor de relatos, cuentos y novelas para niños, adolescentes y mayores. Puedes conocer mis libros visitando la siguiente dirección: http://elcuadernodehectorysuslibros.blogspot.com.es/

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