Freud's Last Session (2023) en un largometraje filosófico y dramático, a la vez, que nos muestra un hipotético diálogo que pudiera haber ocurrido entre el padre del psicoanálisis Sigmund Freud (un convencido ateo) y el escritor de narrativa fantástica C. S. Lewis (que se había reconvertido al cristianismo influido por las charlas que tuvo con el escritor Tolkien y otros amigos y colegas de profesión). Esta sencilla trama me recuerda a los Diálogos de Platón, en los que el filósofo de la Grecia Antigua colocaba a su maestro Sócrates debatiendo con otro pensador acerca de determinados asuntos filosóficos.
Este largometraje está basado en una obra de teatro del mismo título que, a su vez, tomó casi toda su sustancia de un libro titulado The Question Of God, del autor , publicado por primera vez en 2002. La cinta fue filmada por Matt Brown, bajo un guion de Mark St. Germain, y está protagonizada por Anthony Hopkins (como Sigmund Freud), Matthew Goode (como C. S. Lewis) y Liv Lisa Fries (como Anna Freud, la hija de Sigmund Freud).
La trama, casi en su totalidad, se desarrolla en el interior de la nueva vivienda de Sigmund Freud, que se ha visto obligado a huir a Inglaterra desde su Austria natal, tras el alzamiento de Adolf Hitler en Alemania; estamos en las últimas semanas de vida de este genio, en el año 1939 (poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial). El diálogo entre los dos escritores (el psiquiatra y el narrador de historias) solamente se ve interrumpido en contadas ocasiones por los recuerdos de su niñez, que pudieron condicionarles en sus creencias, por la experiencia de C. S. Lewis en el frente durante la Primera Guerra Mundial, y por la pequeña historia paralela de la joven Anna Freud, que, a pesar de ser la primera impulsora del estudio de la psicología infantil, vive condicionada por ser la que cuida a Freud en sus últimos años, y que debe estar siempre a su disposición, además de mostrarnos brevemente su condición de mujer que tiene como pareja sexual a otra mujer.
Concuerdo con aquellos que pudieran pensar que aquí lo importante no es quién haya resultado ganador de este debate sobre la existencia de Dios (ese gran ausente), sino que haya tenido lugar tal diálogo, incluso siendo a través de la ficción. Puntúo este largometraje como notable, con muy buenas y sentidas interpretaciones, con un guion inteligente, y una calidad visual aceptable. Lo recomiendo a profesores y estudiantes de filosofía, y a otros que les guste rumiar ideas existenciales.