El compositor Henry Mancini fue dueño de melodías que todavía suenan en las salas de cine y se pegan con facilidad a nuestros oídos.
Extracto de la película El jovencito Frankenstein (1974)
Extracto de la película El puente sobre el río Kwai (1957)
Hagamos ahora una incursión en el mundo de la televisión, he aquí la sintonía de los mediometrajes que sirvieron a Hitchcock en otro tiempo para introducirse en nuestros hogares:
Comienzo del programa Alfred Hitchcock presenta
Se trata de la obra musical Marcha fúnebre por una marioneta, del compositor francés Charles Gounod. Un título muy del agrado de Hitchcock.
Y, para terminar con los vídeos, una invitación a revisar un clásico de la comedia ligera:
Créditos de inicio de Confidencias a medianoche (1959)
No recordemos a Doris Day siempre como la pija recatada, al fin y al cabo, en la vida real fue una de las mayores ninfómanas de Hollywood. Eso sí, tenía una voz melodiosa; aquí cantaba la canción Pillow talk.
Mi artículo no pretende ser un compendio sobre las mejores bandas sonoras del cine, la intención original es citar algunas composiciones pegadizas que se adhirieron a nuestro recuerdo como un chicle a un zapato. Música como la que escuchamos en El club de la lucha (1999), Where is my mind?, de Pixies; Superdetective en Hollywood (1984), Axel F, de Harold Faltermeyer; Los cazafantasmas (1984), Ghostbusters, de Ray Parker Jr; El bueno, el feo y el malo (1966), tema central de la película, de Ennio Morricone; El tercer hombre (1949), The Harry Lime theme, de Anton Karas..., obras musicales que se graban en la memoria con asombrosa facilidad, y que pueden juntarse con otras como el tema de 8 y medio (1963), de Nino Rota para la cinta de Federico Fellini, por la facilidad con la que nos atrapan y contagian de ritmos que a veces llegamos a detestar y otras, incluso, adoramos.
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