martes, 22 de mayo de 2012

Sostiene Pereira (1996). El coraje de hablar en tiempos de fascismo

La intención más firme que tengo cuando escribo para este blog dedicado al cine es la de procurar con fuerza una incitación a disfrutar del séptimo arte, en mayor medida: de aquel que trata los sentimientos, nuestra capacidad de sentir, ayudarnos a no ser piedras, líneas rectas, soldadesca sin emociones... Hoy me ayudo del largometraje basado en la, para mí, obra de gran importancia dentro de la literatura universal: Sostiene Pereira (1994), del maestro Antonio Tabucchi, recientemente fallecido.

Fotogramas de la película Sostiene Pereira (1996)
El buen Pereira, al encontrarse con su nuevo fichaje para la sección necrológica del periódico en el que trabaja, reconoce en él la juventud suya ya perdida, cuando se arreglaba para atrás un flequillo rebelde que caía sobre su frente.

Los consejos que da Pereira al joven apasionado, que escribe con el corazón, vienen a advertirle que para escribir las necrológicas no se meta en política. 

Pero, más tarde, empieza a dudar de si es bueno mantenerse al margen de la situación política y dejar de mostrar opiniones contrarias al régimen fascista que gobierna entonces en su Portugal: el salazarismo.


Como le explica a Pereira un religioso de ideas abiertas, hay sucesos que desencadenan reacciones en los intelectuales, o en cualquier pensador, influyéndole con esto, tal vez, a avivar la idea de que hay que manifestarse, que el Vaticano estaba equivocado.
 
Su médico, además de proporcionarle una dieta para mejorar la salud de su cuerpo, indaga en su psique y le propone dar rienda suelta a su nuevo yo, siguiendo una teoría de los nuevos médicos-filósofos de su época. 

Por supuesto, como ocurre con los que protestan contra un régimen autoritario, se muestran descontentos o protegen, simplemente, a alguien que lo hubiera hecho, llega un momento en que los esbirros del sistema aparecen para castigarles.
  

Es esta, con seguridad, una de las mejores adaptaciones que se hayan hecho de una novela en el cine. Sostiene Pereira (1996) es conmovedora, sencilla y estimulante. Marcello Mastroianni, que falleció un año después del estreno de este filme, está inconmensurable en su papel. Este caballero de la interpretación ya me ha hecho sentir fuertes y variadas emociones en otros muchos largometrajes suyos. El director de la cinta es Roberto Faenza, que, al elegir al partido comunista italiano como tema para su Si salvi chi vuole (1980), fue considerado como un director políticamente incorrecto y se vio obligado a trabajar fuera de Italia para poder encontrar financiación. Una vez más, las ideologías políticas marcan la cultura de un país. La banda sonora fue realizada por el insigne autor Ennio Morricone, colaborando con la cantante portuguesa Dulce Pontes, que interpreta A briça do coraçao, una canción que me recuerda los cantos de coros en las obras de teatro de la Antigua Grecia, que hablaban de lo que ocurría en escena y preparaban al espectador para los sentimientos que se producían. 

Recomiendo visionar Sostiene Pereira (1996) sea tu razón apolítica, de derechas, de centro o de izquierdas, dedicada a la literatura (como la mía), a cualquiera de las artes, no tengas ligazón con ellas, cualesquiera que sean tus ideologías, no te pierdas Sostiene Pereira (1996).

Gracias al profesor de filosofía Eugenio Sánchez Bravo por hablarme de este largometraje.

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