El recuerdo de Cine como arte. Miramientos a los sentimientos que transmite.
Y, alguna que otra vez, un lugar para la noticia olvidada, un entretenimiento informativo.
Busca obras, autores, actores y términos en este cuaderno:
domingo, 31 de marzo de 2013
Breve reseña de la Divina Comedia, de Dante
Alegoría pictórica Dante y su poema (1465), de Domenico di Michelino. Se encuentra en la Catedral de Santa María del Fiore, Florencia
Al enfrentarme con la Divina Comedia surge en mí una
división, un amor-odio hacia esta obra. Amor por las bellas letras (el
italiano alcanza aquí la cúspide de su potencial), su aporte extraordinario a
la literatura, sus metáforas… Odio por una parte del mensaje que
profesa: casi todo es pecado, poco que haga el hombre se salva de ser castigado;
tratamos una sociedad, en una larga época medieval, profundamente temerosa de
Dios (o al menos eso pretendía la Iglesia). Algo que tampoco me agrada de este
magno poema es la idealización que hace de la mujer: tras el fallecimiento de Beatrice
con 24 años de edad, mujer amada por Dante desde que ambos tenían 9 años, y que
volvió a ver 9 años después (los números son muy importantes para Dante), el
poeta la convirtió en símbolo de fe, cuando, en realidad, la mujer es algo tan
humano, tan lleno de nuestros defectos y bondades.
El gran poema que hoy estudiamos está escrito en tercetos
endecasílabos. Su resumen parece sencillo: cuenta la epopeya del alma humana,
su viaje a través del Infierno y del Purgatorio, desde donde accederá a la
contemplación del Todopoderoso. Otra cosa es la grandiosidad literaria del cómo
se narra este viaje.
Recordemos algo de su autor, Dante, lo que es el apócope de
Durante, el nombre con el que fue bautizado este florentino universal. Un
apunte de la niñez y educación de Dante es importante para que hoy podamos
entender su mundo: muchos de los maestros eran curas, aunque también los había
seglares, los menos. La enseñanza no era gratuita, los padres de los alumnos
pagaban a los profesores; en ese tiempo, había una rígida disciplina y se
seguía el dicho de la letra con sangre entra; los libros eran muy caros (se
calcula que una obra podría costar unos 500 euros de hoy en día; estaban
escritos a mano); los libros de un centro escolar se encadenaban o se guardaban en
gabinetes de acceso restringido; la astronomía de entonces era la de Tolomeo;
los filósofos se conocían por citas de tercera o cuarta mano, y, al ser oral la
enseñanza, pocos podían comprobar la certeza de aquello que se contaba; dice la
obra Clásicos de la Literatura Universal, de Orbis: “Los profesores de la
época eran unos pobres desgraciados que se dedicaban a la enseñanza porque no
tenían otro medio mejor de subsistencia; dependían económica y
administrativamente de las juntas de los alumnos, con los que no podían ser
demasiado exigentes porque se arriesgaban a recibir una paliza anónima o una
cuchillada en plena noche. No tenían medio de transporte e iban a pie a todos
sitios, motivo por el que empezó a llamárseles “pedantes” (tal es el origen de
esta palabra peyorativa, que es idéntica en italiano y castellano).” En su
juventud, Dante Alighieri conoció a algunos de los mejores representantes de un
nuevo movimiento poético, que luego será conocido como dolce stil novoy que sufrió una transformación con otro italiano, Guido Cavalvanti; los
poemas amorosos, llenos de galanterías, incluso picardía, otros tiernos y
delicados, quedaban en esta escritura (el dulce estilo nuevo) como un alegato
a la mujer amada, que se convertía en dona angelicata, lo que viene a
decir: mujer angélica, alguien que intermedia entre el hombre y Dios; de este
modo, el amor sólo podían sentirlo los poseedores de un corazón gentil,
aquellos ansiosos de sabiduría y de virtud. El objeto suyo no era la belleza
física, sino una interior, la que impulsa hacia lo alto. Esto es una concepción
idealista y alegórica del amor (a través de imágenes metafóricas de cierta
complejidad): sobre este no actúa ya el modelo feudal, como en Provenza (lírica
amorosa del sur de Francia), sino el modelo cristiano; lo que tenían en común
era que usaban el idioma nativo del país (una lengua romance), dejando de lado
el latín. Según Dante, Beatriz, en el Paraíso, es la revelación de la presencia
divina (lo que nos extraña es que no le declararan hereje). Para entender qué
es una alegoría dentro de este gran poema podemos ver dos ejemplos: la loba es una
alegoría de lujuria y el león lo es de soberbia; es complicado, pero no debemos
confundir una alegoría con un símbolo, este último es más directo y perceptible;
y tenemos que saber que también Dante usa símbolos en su Comedia. Como
apunte, recordemos que el alegorismo de Dante será imitado por los poetas de España
durante el siglo XV (que llamamos a veces cuatrocientos: los comienzos del
Renacimiento).
Para conocer la Edad Media hay que leer la Divina Comedia
(terminada en el año 1321), es un compendio del saber de aquella época. El
estudio de esta obra se puede llevar una vida; al leer una sola de sus estrofas
con nuestra alma del s. XXI nos encontramos como se encontraría Dante leyendo
una revista del corazón de nuestros días: no entendería estos personajes
nuestros y mucho menos nuestra admiración por lo que hacen; el poema es
críptico y muy difícil de entender, constantemente tenemos que leer las
anotaciones de los copiosos e intrincados términos, frases y comparaciones que
usa Dante. De entrada, lo que más me llamaba la atención, según leía su poema,
era el gran número de florentinos y otros italianos que sufrían castigo en el
Infierno y penitencia en el Purgatorio (citándose todos sus nombres y algunos
de sus pecados en vida); claro está: de los que conoces, criticas; me escamaba
un tanto que si encontraba de otra nacionalidad en el Infierno, eran solamente personajes
universales; Dante, tras su obligado exilio por motivos políticos, acumulaba un
sentimiento antiflorentino (su vida fue de un peregrinaje continuo). Como hacen
los héroes, que se llenan de valor recordando las hazañas de los que admiraron
en su juventud, Dante, el escritor, decide ayudarse del poeta romano Virgilio,
autor de la Eneida (s. I a.C.), para realizar su viaje al mundo de los muertos
(un buen maestro es siempre un guía al que podemos seguir con seguridad),
pasará por el Infierno (donde los condenados le mostrarán cómo sufren el
pago de sus pecados), el Purgatorio (lugar donde se purgan los pecados,
después de todo hay una salvación para algunos) y llegará al Paraíso, en
el que hallará a Dios gracias a su amada, Beatriz (la que da la
felicidad, tal es el significado de su nombre). El número 3 es para Dante de
vital importancia, como en la misma Biblia (la Trinidad, 3 días para resucitar,
3 Reyes Magos, 3 veces negarán a Cristo, 33 años tenía a su muerte…), aquí 3
son los personajes, 3 son los reinos del más allá, las estrofas tienen 3
versos, las cánticas 33 cantos…
Por último, tengamos en cuenta la idea que tenía Dante de su
Comedia (el adjetivo divina se añadió posteriormente), que
escribió en carta a Cangrande della Scala, señor de Verona. En ella, le dice
que la llama comedia porque, al igual que las comedias (lo que se llamaba
comedia en esa época), empieza de un modo desapacible pero termina felizmente.
Añade que la obra tiene varios sentidos: uno literal, resultante de leer el
texto al pie de la letra; y los otros son: figurado, alegórico, moral o
anagógico; y luego desarrolla el tema “del hombre sometido, por los méritos y
deméritos de su libre albedrío, a la justicia del premio y el castigo”. Dante
no contaba con que su obra llegaría a ser un maravilloso reflejo de toda una
época histórica, el medievo (su speculum mundi, una tradición literaria
prodigada en ese mismo tiempo). Después de leer algún pasaje de la Comedia,
comprenderás el porqué de nuestro uso de la palabra dantesco-a al referirnos a
escenarios terroríficos cargados, tal vez, de sufrimiento tanto para el que los
admira como para el que los habita.
Uno de mis cantos favoritos de la Divina Comedia es el
que contiene, entre sus versos, los que siguen, que nos hablan del escarmiento que
tienen los adivinos, aquellos que se las dan de ver el porvenir (¡qué
grandes embaucadores son!) A sus nalgas caen las lágrimas de los llantos de su
pena, pues tienen la cabeza del revés (Canto XX del Infierno):
De nueva pena he de escribir
los versos
y dar materia al vigésimo
canto
de la primer canción, que es
de los reos. 3
Estaba yo dispuesto totalmente
a mirar en el fondo
descubierto,
que me bañaba de angustioso
llanto; 6
por el redondo valle vi a unas
gentes
venir, calladas y llorando, al
paso
con que en el mundo van las
procesiones. 9
Cuando bajé mi vista aún más a
ellas,
vi que estaban torcidas por
completo
desde el mentón al principio
del pecho; 12
porque vuelto a la espalda
estaba el rostro,
y tenían que andar hacia
detrás,
pues no podían ver hacia
delante. 15
Por la fuerza tal vez de
perlesía
alguno habrá en tal forma
retorcido,
mas no lo vi, ni creo esto que
pase. 18
Si Dios te deja, lector, coger
fruto
de tu lectura, piensa por ti
mismo
si podría tener el rostro
seco, 21
cuando vi ya de cerca nuestra
imagen
tan torcida, que el llanto de
los ojos
les bañaba las nalgas por la
raja. 24
Lloraba yo, apoyado en una
roca
del duro escollo, tal que dijo
el guía:
«¿Es que eres tú de aquellos
insensatos?, 27
vive aquí la piedad cuando
está muerta:
¿Quién es más criminal de lo
que es ése
que al designio divino se
adelanta? 30
Alza tu rostro y mira a quien
la tierra
a la vista de Tebas se tragó;
y de allí le gritaban: “¿Dónde
caes 33
Anfiareo?, ¿por qué la guerra
dejas?”
Y no dejó de rodar por el
valle
hasta Minos, que a todos los
agarra. 36
Mira cómo hizo pecho de su
espalda:
pues mucho quiso ver hacia
adelante,
mira hacia atrás y marcha
reculando.
…
Cosas de la memoria, recuerdo con piedad el encuentro de Dante con Ulises
en el Infierno (canto XXVI), que allí paga por haber tramado el engaño del Caballo de
Troya, junto a Diomedes, que le ayudó a robar la estatua del Paladio (sin la
que los troyanos, se decía, estarían perdidos). Como curiosidad, recordemos que en la Odisea, atribuida a Homero, Ulises ya había estado en el reino de Hades, donde habló con el mismo Aquiles; ahora, siglos después, allí se consume para siempre:
…
Me respondió: «Allí dentro se tortura
a Ulises y a Diomedes, y así juntos
en la venganza van como en la ira; 57
y dentro de su llama se lamenta
del caballo el ardid, que abrió la puerta
que fue gentil semilla a los romanos. 60
Se llora la traición por la que, muerta,
aún Daidamia se duele por Aquiles,
y por el Paladión se halla el castigo.» 63
«Si pueden dentro de aquellas antorchas
hablar ‑le dije‑ pídote, maestro,
y te suplico, y valga mil mi súplica, 66
que no me impidas que aguardar yo pueda
a que la llama cornuda aquí llegue;
mira cómo a ellos lleva mi deseo.» 69
Y él me repuso: «Es digno lo que pides
de mucha loa, y yo te lo concedo;
pero procura reprimir tu lengua. 72
Déjame hablar a mí, pues que comprendo
lo que quieres; ya que serán esquivos
por ser griegos, tal vez, a tus palabras.» 75
Cuando la llama hubo llegado a donde
lugar y tiempo pareció a mi guía,
yo le escuché decir de esta manera: 78
«¡Oh vosotros que sois dos en un fuego,
si os merecí, mientras que estaba vivo,
si os merecí, bien fuera poco o mucho, 81
cuando altos versos escribí en el mundo,
no os alejéis; mas que alguno me diga
dónde, por él perdido, halló la muerte.»
…
Y el bosque de los suicidas, donde las arpías
picotean sin cesar a los suicidas convertidos en árboles (canto XIII del
Infierno):
…
Entonces extendí un poco la
mano,
y corté una ramita a un gran
endrino;
y su tronco gritó: «¿Por qué
me hieres? 33
Y haciéndose después de sangre
oscuro
volvió a decir: «¿Por qué así
me desgarras?
¿es que no tienes compasión
alguna? 36
Hombres fuimos, y ahora
matorrales;
más piadosa debiera ser tu
mano,
aunque fuéramos almas de
serpientes.» 39
Como una astilla verde que
encendida
por un lado, gotea por el
otro,
y chirría el vapor que sale de
ella, 42
así del roto esqueje salen
juntas
sangre y palabras: y dejé la
rama
caer y me quedé como quien
teme. 45
«Si él hubiese creído de
antemano
‑le respondió mi sabio‑, ánima
herida,
aquello que en mis rimas ha
leído, 48
no hubiera puesto sobre ti la
mano:
mas me ha llevado la increíble
cosa
a inducirle a hacer algo que
me pesa: 51
mas dile quién has sido, y de
este modo
algún aumento renueve tu fama
allí en el mundo, al que
volver él puede.»
…
Pero la vida es otro asunto. Una cosa es predicar y otra
arar para el sembrado: Dante, tras la muerte de Beatriz, se dedicó a la vida
crapulosa, tuvo varias amantes, el libertinaje suyo parecía no esperar un
castigo en el más allá. En sus escritos hay cabida para las riñas con otros,
curioso es el intercambio de sonetos cargados de insultos que tuvo con su
pariente político, Forese Donati, donde se mentaban padres y madres a placer;
en unas, Dante le dice a su rival que un hombre se acuesta con su madre pero
que es tan padre suyo como José lo era de Cristo. Dante, claro está, era humano
en todo menos en las letras. O, quizá, su Comedia era la forma de
mostrar al mundo su conversión, que había cambiado como hombre.
Se acaba aquí el espacio para esta breve mirada al inmenso
poema la Divina Comedia, escrito por un florentino de patria, no de
costumbres, que firma un tinerfeño de limitada costumbre lectora y de más
escaso beneficio, al que algunos plagian sus textos sin mencionar su cuaderno siquiera.
A continuación, podemos visionar el largometraje de 1911: L'Inferno,
la primera película italiana de larga duración. La cinta fue dirigida por Giuseppe
de Liguoro, que tomó como ejemplo para su recreación las conocidas
imágenes creadas por el ilustrador Gustave Doré (1832-1883)
para una edición de la Divina Comedia. La película guarda una gran
fidelidad con el original de Dante. Los efectos especiales son fenomenales, la
aparición de Lucifer nos deja boquiabiertos. Es un filme muy recomendable. Una
curiosidad: en este largometraje podemos ver al profeta Mahoma en el infierno
(su pecado: dividir a los suyos), tal que en el poema de Dante. Pero bueno,
también está Platón (aunque virtuoso, no fue bautizado; en el Infierno, los
filósofos griegos no sufren castigo, pero carecen de esperanza), aquí pocos son
los que se salvan.
Largometraje L'Inferno (1911)
Comparemos asombrados una imagen del largometraje L'Inferno (1911) con un grabado de Gustavo Doré (creado entre 1861 y 1868):
Grabado de Gustavo Doré para una edición del s. XIX de la Divina Comedia
Fotograma de la película L'Inferno (1911)
Siete años después de escribir esta reseña literaria, la leí para un vídeo de YouTube
Hola. Recuerda que todos podemos tener una opinión distinta. No recurras al insulto en tus comentarios o serán eliminados sin tenerlos en cuenta. Procura explicar tu punto de vista sin caer en la descalificación de los que no piensan como tú. Tenemos un cerebro para discurrir y trabajar con las ideas, somos algo más que puños y dientes. Gracias.
Visita mi cuaderno para estudiar inglés en el Bachillerato:
Te ayudará a sacar mejores notas en la asignatura de inglés
Algunas reseñas literarias:
La Odisea, atribuida a Homero:
Vamos a estudiar hoy una de las obras literarias históricamente preferidas por muchos: La Odisea, atribuida convencionalmente a Homero. Se trata de un gran poema épico griego que se estima tiene ya unos 2700 años de antigüedad.
Edipo Rey, de Sófocles:
Esquilo (siglos VI y V a.C.), Sófocles y Eurípides (los dos, siglo V a.C.) son tres de los grandes en la escena teatral de la Antigua Grecia.
Satiricón, de Petronio:
Hoy vamos a estudiar juntos un poco de la que se tiene por muchos como primera novela moderna de Occidente: Satiricón.
Cantar de Mío Cid:
El gran poema épico de los castellanos tiene muchos estudios a sus espaldas, muchos tratados y ensayos, muchos chavales lo han estudiado en las escuelas.
Divina Comedia, de Dante:
El gran poema que hoy estudiamos está escrito en tercetos endecasílabos. Su resumen parece sencillo: cuenta la epopeya del alma humana, su viaje a través del Infierno y del Purgatorio, desde donde accederá a la contemplación del Todopoderoso.
El paraíso perdido, de John Milton:
Voy a estudiar hoy algo del poema narrativo El paraíso perdido (1667), del escritor británico John Milton, y ustedes, si me lo permiten, están invitados.
Estas son las entradas más populares de mi cuaderno:
"¡No digas sí, di oui!" le decía el inspector Clouseau a su fiel acompañante, el sargento Dodó . Hoy descubro en una página in...
Razones por las que evitar los anuncios de algunas empresas de la Red:
1 - Algunos insultan a la inteligencia del lector. Me refiero a los que dicen que has ganado un premio por ser el visitante número 1.000.000. Triste, pero todavía hay publicistas que usan este tipo de ganchos.
2 - Ralentizan excesivamente la carga de un blog.
3 - Pagan a razón de unos pocos céntimos por miles de visitas. Todo trabajo debe ser remunerado justamente. Es mi deseo que, en el futuro, cualquiera que quiera anunciarse en un cuaderno de la Red deba pagar una cantidad justa a los creadores. Este abuso que existe hoy debería ser rechazado con rotundidad.
Condiciones de uso:
No me hago responsable de los comentarios y opiniones emitidos por los usuarios acerca de los artículos de este, mi cuaderno. Cada uno de los usuarios será responsable por tales comentarios u opiniones que envíe a alguno de los artículos de mi cuaderno. Si consideras que algún artículo, comentario u opinión de este cuaderno pudiera resultar ofensivo en algún modo, por favor, ponte en contacto conmigo: eltrucomasdificil@gmail.com Gracias por participar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Recuerda que todos podemos tener una opinión distinta. No recurras al insulto en tus comentarios o serán eliminados sin tenerlos en cuenta. Procura explicar tu punto de vista sin caer en la descalificación de los que no piensan como tú. Tenemos un cerebro para discurrir y trabajar con las ideas, somos algo más que puños y dientes. Gracias.