martes, 4 de junio de 2013

La novela, el crítico, Kafka, Eduardo Mendoza, Sánchez Dragó, la empresa...

El escritor Eduardo Mendoza durante una conferencia sobre teoría de la literatura
Cuando el veterano escritor Eduardo Mendoza dice que Kafka era un mal escritor y que sus novelas son malas está descubriendo unas preguntas que inquietan bastante a los que leemos novela: ¿Qué es una novela? ¿Cómo saber si una novela es mala o buena? Yo me crié (literariamente) leyendo novelas clásicas de varias colecciones que tenía en casa. De esa forma, aprendí que Stendhal escribía buenas novelas y que aquella, la suya, representaba, por su estructura, una buena forma de novela; para escribir una hay que saber estructurarla adecuadamente (Rojo y negro está entre las más destacadas); por ejemplo, me dijeron que la mejor novela escrita hasta la fecha es: Madame Bovary, de Flaubert, la perfecta composición. Una novela tenía que empezar situándonos en un lugar, que describía con gran maestría, una época, de la cual se daba constancia en toda la obra, y, además, en ella participaban unos personajes con una gran carga y diferenciación psicológicas, un motivo distinto movía a cada uno de ellos. Hasta aquí, todo bien, pero la novela sigue evolucionando y llegan novelistas como Proust, por citar alguno, que se va por las ramas y nos habla de lo más trivial de la existencia humana, y Kafka, que comienza una novela contándonos que un hombre se despierta una mañana convertido en un insecto, y, extrañamente, se preocupa de si llegará tarde al trabajo (esta intranquilidad nuestra de querer cumplir con nuestros deberes modernos y alienantes). Kafka tiene miles de interpretaciones. Lo que dejó escrito es novela, novela corta, relato, cuento…, cualquiera de las etiquetas que le queramos poner. Pero, ¿quién nos habla de las novelas? Los críticos literarios. Aquí escuchamos al escritor Sánchez Dragó recordándonos qué son estas lumbreras, dice, más o menos: personas que no pudieron o pueden hacer una gran novela, incapaces de crear, se convierte en salvaguardas de la buena novela, prohíben a los demás ineptos que creen o que piensen que pueden crear una historia escrita (esto lo hace sacándolo de una novela de Jack London, Martin Eden, que citó en la singular entrevista que realizó al escritor peruano Jaime Bayly en Las noches blancas). Lleva razón, creo, aunque sea en parte.

Las preguntas sobre la novela o los críticos son muchas. Paremos para reflexionar un momento. El asunto es muy subjetivo.


También he leído hace poco sobre la crítica más feroz: La Fiera Literaria, que desmonta mitos actuales, que no repara en criticar negativamente a los que, supuestamente, son grandes autores. Obras como: La pasión turca, de Antonio Gala, o Garras de astracán, de Terenci Moix, están, para ellos, entre los ejemplos de malas novelas. Podemos consultar su lista completa aquí: La Fiera Literaria – Las XX peores novelas del siglo XX.
Existe una interesante entrevista realizada por Sánchez Dragó a los maestros de aquellos que escribieron o escriben en la revista crítica La Fiera Literaria. En dicha entrevista, también intervienen otros críticos y escritores que no coinciden con ese sistema tan agresivo de crítica. El programa es Negro sobre blanco. La Fiera Literaria, y no perdemos nada viéndolo y repesando luego para nosotros las cuestiones: qué es una novela, qué es un editor, qué es un periódico y qué es lo que los gobierna a todos ellos, una empresa.

P.D. Incontrolable, no puedo dejar de decir que las obras de Carlos Ruiz Zafón tienen éxito porque no hacen pensar a nadie, no proporcionan el dictado de reflexión alguna, son simples historias sin trasfondo intelectual. Pero ese es sólo mi pensamiento.


 ___________________________________________________________

Zona de anuncios

Libros para niños, adolescentes y adultos


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola. Recuerda que todos podemos tener una opinión distinta. No recurras al insulto en tus comentarios o serán eliminados sin tenerlos en cuenta. Procura explicar tu punto de vista sin caer en la descalificación de los que no piensan como tú. Tenemos un cerebro para discurrir y trabajar con las ideas, somos algo más que puños y dientes. Gracias.