En un blog dedicado al cine, no podemos evitar hablar del cine de
terror. Para ello, recurro a una cinta nueva que es capaz de procurar verdaderos sustos:
Insidious (2011). No contiene vísceras ni sangre a borbotones, no produce vómitos ni asco, pero algunas secuencias pueden darte un sobresalto de no te menees. Lo consigue tirando de
miedos primitivos: el temor a que un
extraño se introduzca en nuestra cueva, nuestro hogar; que ese extraño, además, nos enseñe los
dientes, la sonrisa era antiguamente un gesto de desafío; y ciertas reminiscencias de los cuentos medievales europeos, que servían para que los niños no se alejaran de la casa, aquellos
Hansel y Gretel, que fueron capturados por la trampa de una bruja que los enjauló. Veámoslo en imágenes:
Fotogramas de la película Insidious (2011)
El susto viene cuando esa sombra que se vislumbra tras la ventana pasa a verse por un instante en el interior de nuestro hogar. La impresión es morrocotuda.
No solamente son dos extrañas estas dos jóvenes de vestidos anticuados, encima sonríen, la amenaza es inminente.
La bestia, el mal, afila sus aceradas cuchillas. No quieras ver su aspecto antes que la película. Guarda sorpresas para su visionado.
Ilustración moderna del clásico cuento medieval Hansel y Gretel
Ya las madres de la Edad Media recurrían a cuentos para asustar a sus hijos y poner freno a sus ansias de curiosear parajes lejanos al hogar. Hansel y Gretel era un relato medieval alemán antes de que los hermanos Grimm lo recopilaran junto a otros del folklore europeo en 1812. Hansel cae en la trampa de la bruja nariguda y se convierte en un cautivo al que ella alimenta con el fin de que engorde hasta el día que se lo vaya a comer.
Fotogramas del mediometraje Little girl lost (1962)
De la fabulosa serie
The Twilight Zone son estos dos fotogramas de arriba; pertenecen al episodio titulado:
Little girl lost (1962). Su director, Paul Stewart, participó en guiones tan importantes como
Citizen Kane (1941) y
Kiss me deadly (1955). El guión original es de
Richard Mathenson, agárrense, el autor de las novelas:
I am Legend (1954) y
The shrinking man (1956),
El increíble hombre menguante, casi nada. La música es del clásico Bernard Herrmann, lo recordarán por sus colaboraciones con Alfred Hitchcock. La pequeña de una familia se pierde tras una pared de su hogar. Años más tarde, la idea, como otras muchas de
The Twilight Zone, daría pie a películas interesantes. Los cinéfilos reconocerán en este caso a
Poltergeist (1982) y a
Insidious (2011) como crías de esta gran madre que fue
la zona en penumbras.
Insidious (2011) fue dirigida por James Wan, la horrible y poco recomendable
Saw (2004) es suya también.
Insidious no es una película para niños, pero es bueno visionarla con ojos de niño. Por supuesto, no creo en los espíritus ni en los entes del más allá, pero tampoco creo en los viajes a la velocidad de la luz y disfruté con
La guerra de las galaxias (1977).
Insidious consiguió que mi corazón se acelerara a ratos, algunas de sus imágenes me acongojaron. El hombre es el único animal que en ocasiones busca pasar miedo, qué cosas.
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Te invito a visitar mis cuadernos en la Red:
Tina Majorino (dedicado a la joven actriz. Su primera publicación fue en Lycos, en 2003).
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Libros para niños, adolescentes y adultos
Debo decir que prácticamente, ya lo único que me arrastra de vez en cuando a las salas de cine, son las películas de terror, y ésta en concreto, ha sido la última que he visto. Tiene un comienzo trepidante, en que la tensión no hace otra cosa que incrementarse y los sustos se suceden atropelladamente. No obstante pasados 25-30 minutos, puede que más no sé, después de revelarse uno de los 'grandes misterios' que sustentan la película, me fue imposible no alejarme del filme. Anhelo terror psicológico, escenarios plausibles, miedos reales y tangibles, cotidianos como la posibilidad de alejarse de la realidad, abatido, quién sabe, por una enfermedad mental o una verdad insoportable...
ResponderEliminarEste largometraje refrenda una idea que viene calando en mí con creciente fuerza cada vez que visito el cine. Lo que hoy en día se vende como cine de terror escoge como objetivo el estómago de los espectadores, o en este caso, la ingenuidad o credulidad; y, cuando no es así, los sustos no proceden de las imágenes que evoca en nuestra mente lo pasa ante nuestros ojos, si no, tristemente, los subidones que da el volumen en escenas determinadas pues, si no fuera por esto, nada tendría la escena ni el argumento, que inspirara verdadero terror.
No está mal como quien dice, 'para pasar el rato', pero ahí acaba la historia.
Saludos.
Hola Soul. Sinceramente, no encuentro películas de terror que me hagan sentir aquel miedo infantil de hace 30 o más años; a lo peor es imposible a edad adulta. Seguro que lees a Lovecraft y pasas más miedo. De lo que he visto, lo más parecido es este Insidious (2011), porque La escalera de Jacob (1990) me sacudió más bien la psique. Todos tenemos nuestra forma de ser, a mí esas chicas enseñando los dientes me resultaron espeluznantes, luego, como ya hemos visto mucho cine, poca cosa nos inquieta del metraje; el final, por ejemplo, que todos tienden a lo mismo: al susto último. También es rara la interpretación del actor Patrick Wilson, que no sabes si es que es que el director le pidió que pusiera esa cara de indiferencia constantemente. Y los golpes fuertes de orquesta puede que me pongan nervioso, que me saquen de quicio.
EliminarSobre lo que dices del terror psicológico, conocí una mujer que la que más le asustaba era una película con una persona que tenía ataques de epilepsia, porque es un temor que ella tiene, claro está, el de padecer esa enfermedad.
Saludos. Gracias por discrepar en cuanto a la película. :)
¿Has visto El increíble hombre menguante (1957)? Recurre a lo fantástico para inquietarnos sobremanera.
EliminarNo, no la he visto. La apuntaré para hacerlo lo antes posible. Desgraciadamente, parece que todas las películas que ve uno de este género, son, básicamente, una repetición del mismo esquema; todas las historias siguen aproximadamente el mismo curso, y la verdad, es que no logro explicarme por qué esa falta de originalidad, pero seguramente sea el gran responsable de nuestra 'insensibilidad'. Ha desaparecido el factor sorpresa, la incógnita, el misterio...puede que, al ser más pequeños, aún no tengamos fundamentados los arquetipos sobre 'lo que es' una película de terror y por ello nos infunda más miedo, mas, luego, con el paso del tiempo, al observar continuadamente la misma forma de proceder, la capacidad de impresionarnos desaparece. ¿no cree usted?
ResponderEliminarSaludos.
A veces creo que no tengo nada que aportar a nadie. Leyendo a Diderot, a su Jacques el fatalista, recuerdo que este filósofo, a pesar de gustar de los diálogos en sus obras, en la realidad no paraba de hablar ni escuchaba a nadie más que a él mismo. Su alumno pronto aprendió que su misión era admirarle en silencio. Creo que lo mejor que nos ha enseñado Eugenio es a querer aprender, a mostrarnos curiosos por siempre.
ResponderEliminarTrátame de tú. Tienes razón en lo que dices. Gracias por dialogar.
Discrepo contigo; gracias a tu entusiasmo y dedicación, por no hablar del pozo de cultura que has labrado y que se hace evidente al leerte, estoy aprendiendo con cada entrada que publicas y cada respuesta que me das. Y aún en el supuesto de que fuera así como dices, el mismo Sócrates llegó a idéntica conclusión que tú y no podemos decir que nadie haya aprendido algo de él.
ResponderEliminarSaludos, el agradecido soy yo.
Puede que nuestra curiosidad tenga un fin: entre todos seguir acumulando logros. Granito a granito, vamos haciendo con los siglos experimentos de sociedad, soportando a los codiciosos y muriendo en el intento de vivir en paz. Eso de sentir que la más importante es la parte que aún desconocemos nos ayuda a seguir rastreando la verdad. Nos veo como hormiguitas trabajadoras cargando pequeños sacos con libros.
ResponderEliminarNo dejes de recomendarme películas, libros, teatros, cuadros, etc. que te hayan gustado.
Son muy profundas las palabras que dices, o al menos así debo llamarlas pues calan muy hondo en mí. Lo que sucede es que no creo yo que nada de lo que hagamos tenga un fin ulterior, puede que sí unas consecuencias posteriores en cualquier caso desconocidas, puede que simplemente llamemos fin a esas consecuencias, pero volviendo al principio, dudo, que 'algo', cualquier cosa, tenga sentido por sí misma, y lo dudo porque somos nosotros quienes dotamos de 'sentido' a las cosas, quienes construimos la realidad que nos rodea y que sería imposible imaginar si no estuviéramos aquí.
ResponderEliminarPero creo que sería más feliz creyéndolo así. Otra cosa que dudo saber con certeza.
Saludos. Siento si doy mucho la paliza.
Hola Kevin. Creo que muchos se sintieron así en generaciones anteriores, y que de unos pocos quedan ecos, no sólo de sabios como Diderot, Voltaire, etc. sino también de los profesores que los explicaron y de los alumnos que los entendieron. Parece que es como en ese gran universo, lleno de planetas, en el que sólo unos pocos parecen útiles para la vida. Como con ellos, la Naturaleza se asegura que del trabajo de todos nosotros siempre quedará algo de alguien, esencias y logros que se van acumulando y transmitiendo.
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