Fotograma de la película Offret (1986)
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Offret (1986) es un delicado poema a las voces
de los hombres, a la visión que tenemos de la vida, que sólo se alcanza
al pensar en la muerte.
La película nos deja la sensación de haber asistido a una pieza teatral. Las secuencias están rodadas en forma de planos generales, vemos a los personajes y el escenario en el que se mueven, pero estos planos, al desplazarse delicadamente la cámara, se transforman en planos secuencia, no hay cortes en la continuidad de la toma.
La cinta no sólo es interesante como última obra del
director ruso Andrei Tarkovsky, véase Solaris (1971), sino por la
participación de actores del tamaño expresivo de Erland Josephson, como el
triste pensador; Allan Edwall, el curioso cartero; Susan Fleetwood, la mujer; Guðrún Gísladóttir, como la poética María…,
y la fotografía de Sven Nykvist, recordado fotógrafo de Ingmar Bergman.
Fotogramas de la película Offret (1986)
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El argumento es
sencillo: Alexander es un hombre de mediana edad que sufre por el mundo. Para
celebrar su cumpleaños se ha reunido con su familia en una casa de campo. Allí
reciben la noticia de que pronto estallará una guerra mundial. El final de la
humanidad puede estar cerca. Las voces de todos, menos la del pequeño (la
esperanza del protagonista, sin voz porque le han operado de amigdalitis): la esposa, la joven hija de ésta que tuvo en un primer matrimonio, un singular cartero,
una criada que toman por bruja y un médico amigo, nos hablan de
esta vida-muerte a la que se aproximan.
Tengo que admitir que soy un apasionado de la literatura rusa: Maxim Gorki con su obra La madre (1907); Tolstoi con Anna Karenina (1877); Chejov y su teatro La gaviota (1896), además de sus cuentos; Dostoviesky y su Crimen y castigo (1866); Gogol y sus Almas muertas (1842), por citar algunos, son referentes de la literatura universal que engrandecen al ser humano. El cine ruso no habría de ser menos.
Hay muchísimos comentarios negativos en la Red hacia la película por su tono reflexivo y su ritmo lento, en la Historia jamás habían existido tantos críticos de cualquier arte, es normal que el número de detractores de Offret sea grande, son tantos como impacientes hay en el mundo.
Por favor, no contéis el verdadero último momento de la película a nadie.
Gracias a Kevin por recordarme la existencia de este filme.
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Es recomendable, con el fin de contraponer por así decirlo, formas de afrontar lo inevitable y reflexionar, visionar la película de Lars Von Trier 'Melancolía'. Seguramente ya la hayas visto, ¿no es así?
ResponderEliminarSaludos.
Siempre resulta interesante tu blog. Siempre aprendo leyéndote.
Hola Kevin. Cuando hablo de una película intento no repetir las mismas críticas que he leído anteriormente de ella. Es un vicio que se da mucho el que las críticas viajen en el tiempo, puede comprobarse que algunos se limitan a repetir con otras palabras lo que se dijo de Ciudadano Kane (1941) hace más de 70 años. Luego, no tengo la formación filosófica de otros que pueden citar muchas comparaciones de este y el otro pensamiento, me dejo llevar por los sentimientos, que es el único fin de mi blog. Melancolía (2011) es un claro ejemplo de que el cine de emociones y reflexión está vivo y tiene aún cosas que decirnos, aunque hable de la muerte y algunos miren para otro lado. Faltaba ese apunte tuyo, sin duda.
ResponderEliminar¿A que es muy bonito el final de Offret (1986)?
Que los dioses recompensen tu voluntad de aprender y pongan a tu alcance los libros que mejor te ayuden a ello.
Es posiblemente una de las películas más bellas que haya visto jamás. Sin ninguna duda. Además, es un filme muy complicado de entrar a valorar porque es tan extenso en su temática, tiene tantas posibles interpretaciones...has hecho un gran trabajo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Kevin. Es sorprendente que a tu edad ya hayas dado satisfacción a tantas apetencias e inquietudes culturales.
ResponderEliminarYa me contarás de obras de cualquier arte que te interesen.
Antes tenía otro blog, debajo del título había escrito una frase: "Por cada pregunta que resuelvo, dos nuevas me planteo." Ese es mi sino. No he dado apenas satisfacción a curiosidad alguna, porque cada vez que alcanzo un nuevo punto, aparecen nuevas desviaciones y me siento más ignorante si es que es posible.
ResponderEliminarEs difícil definir lo que es un(el) 'arte'.
Saludos amigo.
Hablaré de mi experiencia: si no pongo en mis pensamientos algo de fantasía y ciencia ficción, salpicadas con una pizca de humor, me puedo hundir en la ciénaga más profunda de pesimismo siempre inconforme. Creo que hasta mirar una pared en blanco nos presenta dudas.
ResponderEliminarDejémoslo entonces en cuadros, novelas, largometrajes y documentales, para no agobiarte.
Comienza el verano.
Yo lo intento también que conste y agradezco poder ver lo mismo en otras personas, admiro tu forma de proceder; por favor, no me tengas como un ser puramente racional, puedo ser un replicante pero tengo sentimientos y fantaseo, imagino. Son bromas.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno es saberlo. Aunque nos llenamos de dudas, esas obras nos dan una alegría al terminarlas de leer o visionarlas (en el caso del cine). Yo me sentí dichoso después de leer Rojo y negro de Stendhal, estuve meses con la imagen de Julien en la cabeza. Y cuando llegas a leer el final de la segunda parte de El Quijote ni te cuento. La de risas que soltaba yo con el hidalgo flaco llamando hideputas a los malos, o dándose calabazazos contra las piedras, el pobre. A esa satisfacción me refería, decir: me leí la Ilíada, toma ya.
ResponderEliminarUna alegría; nos mejoran como personas; nos hacen crecer, etc, etc. Entiendo esa satisfacción de la que hablas y la siento recorriendo mi cuerpo de los pies a la cabeza, es un estremecimiento que resulta indescriptible cada vez que uno logra la visión completa de una obra al finalizarla. Lo que había entendido antes no era esto sino más bien la satisfacción de la curiosidad 'en general', de ahí que dijera que era insaciable. No he leído la novela de Stendhal. Estoy leyendo la Ilíada y celebro cada página. Será un placer egoísta, pero vaya placer.
ResponderEliminarSaludos.