En este teatro que llamamos realidad, el guionista es un personaje ninguneado por muchos. Nombrar a 5 guionistas de prestigio puede resultar una tarea imposible para muchos de nosotros. En general, sabemos de los actores y del director de una película, pero desconocemos la vida y obras de grandes guionistas del séptimo arte como: Ernest Lehman, Herman Mankiewicz, Joseph L. Mankiewicz, Paddy Chayefsky, Rafael Azcona...
"Habláis muy bien de lo que es el guión y todas estas cosas de teoría, pero yo tengo una explicación mucho más sencilla: el guionista es un señor que llega a la habitación de un hotel a eso de las 11 de la mañana, cuando está todo revuelto y están las camareras con el follón de los lápices, los bolígrafos y cambiando las sábanas, y entonces el guionista minuciosamente limpia el polvo, pasa la aspiradora, llega a la cama, hace la cama, pone muy bien las almohadas, pone la colcha, y cuando ya está todo terminado llega el director y se mete en la cama con la rubia. Ése es el trabajo del guionista, no nos engañemos, así ha sido y así va a ser siempre, porque el guionista —para la industria del cine— no es ni siquiera «la mantequilla del sandwich»; lo gordo del sandwich, el jamón, es el director, naturalmente; el queso, o el huevo, son las actrices y las «tapas» las amantes del director y del productor, y nosotros no tenemos nada que ver en ello.
Naturalmente, como decía Moravia en El Desprecio, el enemigo directo es el director; y, sobre todo, desde que llegó la nouvelle vague y se inventó aquello de «un cine que es mentira». Hay un complejo de inferioridad tan grande en el director ante el escritor, que un director dice: «Yo quiero el decorado de esta manera y quiero que eso no esté así, que la puerta abra para acá y el tiro de cámara ahí», pero no firma el decorado, y dice: «la fotografía la quiero cruzada, quiero la luz lateral, etc.», y no firma la fotografía. Pero, amigo, se sienta a hablar con el escritor un rato y dice: «Yo también firmo el guión», ustedes y los críticos tienen la culpa de ello."
Imagino a ese director que firma el guión después de apenas haber cambiado dos o tres palabras con el sufrido guionista. Hay muchos ejemplos en la historia del cine. Ay, escritor de donde fueras, qué poco te pagan por tanto trabajo que tienes y por tantos sueños que creas.
Si estás interesado en leer la conferencia completa que dio Garci, puedes leerla en esta dirección:
http://congresosdelalengua.es/zacatecas/mesas_redondas/garci.htm
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