Especulamos sobre el tema: ¿era una sonrisa grande lo que buscábamos después de los bulliciosos y productivos (económicamente) años 80? ¿Hay similitudes entre esos labios y otros más meridionales? ¿Buscamos en el cine la imagen de un-a novio-a ideales? Puede que cuando algo funciona en la realidad del cine creamos que también tiene que funcionar en la falsa realidad nuestra: si una prostituta simpática alegraba y redimía de alguna forma a un gran empresario en Pretty Woman (1990), tal vez eso fuera lo que todos necesitábamos. Que tenía unos labios sensuales del color del interior de las sandías: pues elijamos esas formas como las ideales. El cine marca los gustos, recordemos que si Clark Gable se quitaba la camisa (en la película Sucedió una noche, 1934) y no lucía debajo una camiseta, la venta de camisetas bajaba de manera considerable; si unos años después entraba en acción un Marlon Brando en plenas facultades físicas (en Un tranvía llamado deseo, 1951) y se quitaba la camisa mostrando una camiseta que le cubría el pecho, se disparaban entonces las ventas de camisetas. La imitación parece ser un elixir milagroso que nos transforma un poquito en nuestras estrellas favoritas. Elegimos a unos mortales de entre millones y les atribuimos gracias y dones de semidioses para luego intentar parecernos a ellos. Tal vez con el paso del tiempo nos aburrimos de ellos y los sustituimos por otros, más jóvenes y más prometedores, lo nuestro es vivir de ilusiones, pues. En estos años de principio del siglo XXI miro a las pantallas de cine y veo mujeres asexuales, andróginas, de mínimos atributos haciendo de protagonistas, ¿son las actrices espejo de los deseos de la mujer de hoy: parecer ultradelgada y ambigua?
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domingo, 3 de marzo de 2013
Una cuestión de bocas, dos novias de América y una teoría
Especulamos sobre el tema: ¿era una sonrisa grande lo que buscábamos después de los bulliciosos y productivos (económicamente) años 80? ¿Hay similitudes entre esos labios y otros más meridionales? ¿Buscamos en el cine la imagen de un-a novio-a ideales? Puede que cuando algo funciona en la realidad del cine creamos que también tiene que funcionar en la falsa realidad nuestra: si una prostituta simpática alegraba y redimía de alguna forma a un gran empresario en Pretty Woman (1990), tal vez eso fuera lo que todos necesitábamos. Que tenía unos labios sensuales del color del interior de las sandías: pues elijamos esas formas como las ideales. El cine marca los gustos, recordemos que si Clark Gable se quitaba la camisa (en la película Sucedió una noche, 1934) y no lucía debajo una camiseta, la venta de camisetas bajaba de manera considerable; si unos años después entraba en acción un Marlon Brando en plenas facultades físicas (en Un tranvía llamado deseo, 1951) y se quitaba la camisa mostrando una camiseta que le cubría el pecho, se disparaban entonces las ventas de camisetas. La imitación parece ser un elixir milagroso que nos transforma un poquito en nuestras estrellas favoritas. Elegimos a unos mortales de entre millones y les atribuimos gracias y dones de semidioses para luego intentar parecernos a ellos. Tal vez con el paso del tiempo nos aburrimos de ellos y los sustituimos por otros, más jóvenes y más prometedores, lo nuestro es vivir de ilusiones, pues. En estos años de principio del siglo XXI miro a las pantallas de cine y veo mujeres asexuales, andróginas, de mínimos atributos haciendo de protagonistas, ¿son las actrices espejo de los deseos de la mujer de hoy: parecer ultradelgada y ambigua?
Recomiendo:
Algunas reseñas literarias:
La Odisea, atribuida a Homero:
Vamos a estudiar hoy una de las obras literarias históricamente preferidas por muchos: La Odisea, atribuida convencionalmente a Homero. Se trata de un gran poema épico griego que se estima tiene ya unos 2700 años de antigüedad.
Esquilo (siglos VI y V a.C.), Sófocles y Eurípides (los dos, siglo V a.C.) son tres de los grandes en la escena teatral de la Antigua Grecia.
Satiricón, de Petronio:
Hoy vamos a estudiar juntos un poco de la que se tiene por muchos como primera novela moderna de Occidente: Satiricón.
Cantar de Mío Cid:
El gran poema épico de los castellanos tiene muchos estudios a sus espaldas, muchos tratados y ensayos, muchos chavales lo han estudiado en las escuelas.
Divina Comedia, de Dante:
El gran poema que hoy estudiamos está escrito en tercetos endecasílabos. Su resumen parece sencillo: cuenta la epopeya del alma humana, su viaje a través del Infierno y del Purgatorio, desde donde accederá a la contemplación del Todopoderoso.
El paraíso perdido, de John Milton:
Voy a estudiar hoy algo del poema narrativo El paraíso perdido (1667), del escritor británico John Milton, y ustedes, si me lo permiten, están invitados.
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