Ayer murió una gran actriz, Joan Fontaine; falleció a edad de 96 años, mientras dormía. Hoy, los medios de comunicación recuerdan la figura de esta gran estrella del cine clásico hollywoodiense. Muchos son los que cometen el error de creer que Joan Fontaine interpretó el personaje de Rebeca en el largometraje titulado originalmente Rebecca (1940); pero no es así, en esa cinta, Fontaine realizó un maravilloso papel, el de la nueva esposa de Maximilian De Winter, interpretado por el actor británico Laurence Olivier. Rebeca de Winter, cuyo nombre se recuerda durante toda la película, era la primera esposa de Maximilian, era una mujer desaparecida, estaba dada por muerta, sólo quedaba su recuerdo, como nos queda ahora el de la bella actriz, Joan Fontaine, que recordamos también por los papeles de: Mujeres (1939), Sospecha (1941), Jane Eyre (1944)...
Si alguien te pregunta: ¿Interpretó Joan Fontaine el papel de Rebeca? Responde: No, ella no era Rebeca, Rebeca era un personaje que no vemos en la película, una imagen del pasado del protagonista, su primera mujer, fallecida...
Antes, todos los cinéfilos sabían que la prenda de vestir rebeca tomó su nombre por esa chaqueta femenina que siempre llevaba Joan Fontaine en el filme Rebecca (1940), rodado por Alfred Hitchcock, película de la que él siempre renegó, pues el productor, David O. Selznick, no le dejó libertad suficiente para rodarla a su gusto, pero esa ya es otra historia.
Antes, también, había una popular frase: "Es más mala que el ama de llaves de Rebeca", se usaba para afirmar que alguien era odioso-a, nefasto-a, esto es porque el personaje de ama de llaves de Rebeca, interpretado por la excelente actriz Judith Anderson, era un ser detestable, malicioso, cruel...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Recuerda que todos podemos tener una opinión distinta. No recurras al insulto en tus comentarios o serán eliminados sin tenerlos en cuenta. Procura explicar tu punto de vista sin caer en la descalificación de los que no piensan como tú. Tenemos un cerebro para discurrir y trabajar con las ideas, somos algo más que puños y dientes. Gracias.