Dejo aquí dos preguntas hechas a Jail Bolsonaro, diputado federal en Brasil, al ser entrevistado en la televisión de su país. Añado también sus respuestas, palabras que le condenan ahora y le revelan, a la vez, su futuro:
- ¿Qué haría si tuviera un hijo gay?
- Eso ni siquiera pasa por mi cabeza, porque han tenido una buena educación. Fui un padre presente, entonces no corro ese riesgo.
- Si su hijo se enamorara de una negra, ¿qué haría?
- Mira, Preta (Gil), no voy a discutir la promiscuidad con quien quiera que sea. No corro ese riesgo... y mis hijos han sido muy bien educados. Y no han vivido en ambientes como lamentablemente es el tuyo.
Siguiendo estas leyes extrañas del señor Bolsonaro, los pueblos de la Tierra deberían negar la buena educación a las personas homosexuales y también a las negras, pues, si se les educara, jamás se casarían, o sólo lo harían con heterosexuales, las primeras, y con blancas, las segundas. Esto último es una ironía, por supuesto, usada sólo para burlarme de la incapacidad de estos dictadores de ideas, que dejan sueltos mil cabos en cada pensamiento que tienen.
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