El cine de horror, en la actualidad y desde hace una veintena de años o más, es casi exclusivamente productor de asco, nada más, no inquieta, no perturba, no sacude, se limita a enseñarlo todo, cualquier pesadilla que tuviera el guionista se descubre en pantalla con todo detalle, sin dejar que el espectador participe con su imaginación, convirtiéndole así en un mero muñeco dummy, sin capacidad para sentir. Pero hubo un tiempo en el que las sombras de la gran pantalla dejaban volar la imaginación del espectador. Aquí entra la británica The haunting (1963), basada en la novela "The Haunting of Hill House", escrita en 1959 por Shirley Jackson. En realidad, asusta más la penumbra que la oscuridad absoluta, con la última podemos dormir, con la primera nos dedicamos a imaginar qué formas hacen las sombras, con la inquietud que esto conlleva.
Observemos en el extracto que he realizado de la película cómo la cámara se coloca a la altura de la vista que tendría un niño, recordemos aquellos miedos infantiles que teníamos sobre el más allá, los fantasmas y lo sobrenatural, podemos, pues, sentir que estamos allí, pero lo hacemos como niños, dispuestos a sentir miedo.
Dice el cartel original de la película: "Puede que no creas en los fantasmas, pero no puedes negar el terror". Bueno, en la escala del miedo subiremos unos peldaños viendo esta película, y más, si apagamos las luces, la vemos en silencio, con ojos atentos...
Nota personal:
No se olvide el director moderno que el espectador de cine, como el lector de libros o el admirador de cuadros, necesita usar la imaginación para sentirse partícipe de la obra, para disfrutarla mejor; no es bueno que se muestre todo en pantalla, han de dejarse partes para el alma del espectador, para que las aliñe en su caverna.
Coincido contigo en tus valoraciones sobre el cine de terror. El público joven ha desarrollado una tolerancia a la violencia explícita que da miedo. Parece que se les esté preparando para una "carnicería".
ResponderEliminarNo conocía está de Robert Wise, pero La amenaza de Andrómeda y Ultimátum a la tierra son de mis favoritas.
Ese remake, La guarida, era muy poca cosa, como bien dices.
Saludos.
Sí, la verdad, cuando hoy no hay excepciones en el cine de terror y encima va dirigido a los más jóvenes, es como si prepararan soldados para una guerra.
ResponderEliminarA veces intento ver el cine con ojos de niño, y consigo sacarle más jugo.